España, Marruecos y Argelia se enfrentan a una intensificación en la carrera armamentística en el Magreb mientras las tensiones geopolíticas aumentan. España avanza con su programa Halcón II para reforzar su fuerza aérea, apoyándose en la interoperabilidad con la OTAN y la adquisición de 25 Eurofighters. Marruecos, aunque busca modernizar su flota de F-16, enfrenta retos financieros y dependería de créditos blandos para adquirir nuevos equipos. Argelia, por su parte, refuerza su fuerza aérea con Su-30MKA y Su-35 de fabricación rusa. La competencia militar a lo largo del Mediterráneo refleja una lucha por la hegemonía regional y pone de relieve las diferencias estructurales en capacidades y autonomía logística. A pesar de los avances, expertos coinciden en que no hay indicios de un conflicto inminente, y la OTAN ofrece a España una cobertura disuasoria significativa.
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