El Gobierno enfrenta un nuevo escándalo mientras el ministro de Justicia, Félix Bolaños, se encuentra en el centro de una controversia por las reformas en las carreras judicial y fiscal. Estas medidas, orientadas a aumentar la autonomía de la Fiscalía y modificar el acceso a las carreras, han sido rechazadas por las principales asociaciones de jueces y fiscales, que las consideran perjudiciales para la independencia judicial. Justicia ha acusado a estas entidades de difundir «bulos» sobre las reformas. A su vez, un movimiento no oficial de jueces y fiscales ha convocado una huelga, exigiendo que se reconsideren las propuestas del Ejecutivo. El ministerio, por su parte, defiende las reformas como necesarias para una justicia moderna y niega cualquier intento de control político.
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