En los últimos tiempos, la implementación de leyes relacionadas con la verificación de edad ha aumentado significativamente a nivel global, generando una creciente confusión sobre los términos específicos utilizados para describir estos sistemas. Términos como verificación, aseguramiento, estimación y restricción por edad tienden a emplearse indistintamente, a pesar de que cada uno posee un significado distintivo y relevante en el ámbito de los derechos, la privacidad y el manejo de datos personales.
La «restricción por edad» estipula limitaciones basadas en la edad para acceder a ciertos servicios en línea. Estas restricciones pueden ser legislativas o autoimpuestas por las empresas, pero no especifican el método utilizado para determinar la edad del usuario. Por su parte, el «aseguramiento de edad» implica cualquier técnica utilizada por un servicio digital para estimar con cierta certeza la edad del usuario, que puede ir desde formularios hasta el escaneo de documentos oficiales.
En cuanto a la «estimación de edad», este método se fundamenta en el análisis de datos del usuario, tales como imágenes faciales o patrones de comportamiento en línea, para predecir su edad. Aunque suene innovador, su aplicación es frecuentemente imprecisa, especialmente con adolescentes, lo que puede ocasionar errores en la regulación de acceso a contenido.
El término más riguroso es la «verificación de edad», que exige al usuario demostrar su edad mediante documentos identificativos como licencias de conducir o tarjetas de crédito. Este proceso tiene implicaciones profundas, ya que no solo verifica la edad, sino que también expone la identidad completa del usuario, presentando amenazas significativas en términos de privacidad y seguridad de datos.
La ambigüedad en el uso de estos términos por parte de legisladores y empresas tecnológicas puede ocultar la verdadera naturaleza de ciertas medidas. Términos neutros como «aseguramiento» pueden sugerir procedimientos benignos, cuando en realidad pueden involucrar vigilancia considerable si las leyes exigen verificación de identidad. Esta confusión puede llevar a que la ciudadanía no comprenda el potencial impacto en su privacidad, así como los riesgos asociados al almacenamiento y manejo de su información personal.
Es indispensable que se establezca una mayor claridad en la terminología usada respecto a la verificación de edad, ya que su interpretación afecta profundamente nuestra percepción y respuesta frente a estos sistemas. La falta de comprensión de los legisladores sobre el funcionamiento de estas tecnologías empeora la situación, dejando a las plataformas en una posición incierta al elegir el método más adecuado para protegerse de posibles responsabilidades legales. En un contexto donde la privacidad y el acceso a la información están en juego, es urgente abordar esta confusión lingüística antes de que se normalice en nuestro día a día.
 
 

