Una ciudad china enfrenta una doble amenaza, siendo sacudida tanto por un feroz tifón como por otra crisis simultánea, según el corresponsal de EL MUNDO. La situación ha generado una alarma significativa entre los residentes, que deben lidiar con los devastadores efectos del clima extremo mientras intentan mantener la normalidad en sus vidas diarias. Las autoridades locales están trabajando para coordinar los esfuerzos de emergencia y mitigar los daños, en un contexto que pone a prueba la resiliencia de la infraestructura y el sistema de respuesta del lugar.
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