El pasado fin de semana, la tradición taurina se dio cita en la plaza de toros de La Malagueta con la celebración de la Corrida Picassiana, un evento que fusionó arte y torería en un ambiente de nostalgia y colorido. Francisco Salado, presidente de la Diputación, estuvo presente para presenciar el espectáculo, que tuvo como protagonistas a los toreros Saúl Jiménez Fortes, Juan Ortega y Roca Rey, quienes lidieron astados de la ganadería de Álvaro Núñez. La tarde resultó exitosa para Jiménez Fortes y Roca Rey, quienes salieron a hombros tras cortar dos orejas en sus respectivos toros.
La plaza revivió su esplendor histórico, decorada con rayas rojas en el ruedo, anuncios por megafonía de los toros y adornos tradicionales elaborados con guirnaldas y banderas de España y Andalucía, incluido el emblemático mantón de Manila. Este cuidado detalle en la presentación creó un ambiente festivo y auténtico, transportando a los aficionados a los días de gloria de la tauromaquia.
El evento no solo se limitó a la lidia, sino que también incluyó una destacada intervención artística por parte de Pablo Alonso Herráiz, autor del cartel anunciador. Durante su participación, Herráiz ofreció un recorrido visual por las diversas etapas del trabajo de Pablo Picasso, mezclando el arte contemporáneo con la tradición taurina. Su diseño, que exhibía una inspiradora temática floral, rinde homenaje al capote de paseo que se presentó en el cartel oficial del evento, mostrando así la conexión entre la pintura y la tauromaquia.
Este intercambio cultural, donde las artes se entrelazan con la historia y la tradición del toreo, puso de manifiesto la riqueza patrimonial de la fiesta nacional, revitalizando el interés por la tauromaquia en un contexto que busca tanto la celebración como la reflexión sobre su impacto en la sociedad contemporánea. La Corrida Picassiana se convierte, así, en un legado que trasciende generaciones, fusionando el arte y la tradición en un mismo lienzo.
Fuente: Diputación de Málaga.