A pesar del dominio humano sobre gran parte del planeta, aún existen rincones que mantienen su esencia natural casi intacta. La Patagonia, la Antártida, el desierto de Namibia, Groenlandia y la Isla Sur de Nueva Zelanda son ejemplos de estas tierras vírgenes que deslumbran con su naturaleza salvaje y belleza inalterada. La Patagonia se extiende entre Chile y Argentina, ofreciendo vastas extensiones de glaciares y bosques. La Antártida permanece como el continente más indómito e inexplorado. Namibia, con sus desiertos antiguos y tribus nativas, ofrece paisajes extraños y fascinantes. Groenlandia, aunque afectada por el cambio climático, sigue siendo un vasto desierto helado. Por último, la Isla Sur de Nueva Zelanda es un paraíso natural, con montañas, fiordos y vida silvestre única que fascinan a cualquier amante de la naturaleza.
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