El 28 de diciembre marca la festividad del Día de los Santos Inocentes, una tradición de origen bíblico que ha evolucionado en el mundo hispanohablante para centrarse en la realización de bromas. Originalmente, rememora la sombría orden de Herodes en tiempos de Jesús, pero hoy es una jornada para disfrutar con inocentadas ingeniosas y en su mayoría inofensivas, destinadas a provocar risas y crear momentos entrañables. Las bromas, desde el clásico cambio de azúcar por sal hasta la silla pegajosa, buscan sorprender sin causar daño. Con la ayuda de las redes sociales, estas travesuras se han adaptado a los tiempos modernos, permitiendo su rápida difusión. Sin embargo, el espíritu sigue intacto: unir a las personas y ofrecer un respiro de la rutina diaria. Para asegurar el éxito, es importante ajustar las bromas al contexto, aclarar rápidamente que son inocentadas y, sobre todo, disfrutar del día compartiendo risas con amigos y familiares.
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