Este martes, Moscú amaneció bajo el agua tras una intensa tormenta de verano que provocó precipitaciones récord en la capital rusa. Las lluvias inundaron calles, dañaron vehículos y causaron fallos eléctricos que afectaron al transporte público, incluyendo trenes y tranvías. Algunas vías quedaron intransitables, aunque muchos ciudadanos intentaron transitar a pie o en coche. Videos en redes sociales revelaron el impacto en la infraestructura, como parkings subterráneos anegados. Las autoridades locales aún no han reportado heridos ni pérdidas materiales significativas.
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