Los incendios forestales en Los Ángeles han dejado al menos dos muertos, miles de viviendas destruidas y más de 5.000 acres arrasados. Las pérdidas económicas se estiman entre 52.000 y 57.000 millones de dólares, lo que ha llevado a California a declarar el estado de emergencia. Los fuertes vientos han alimentado incendios en áreas como Pacific Palisades, y 1.500 bomberos, junto a refuerzos de Oregón, luchan contra las llamas. Las condiciones extremas han causado la cancelación de varios eventos deportivos y producciones cinematográficas. Además, la región enfrenta una temporada excepcionalmente seca, con advertencias de peligro en varias zonas, incluyendo las montañas de San Gabriel y Malibú.
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