El gobierno de Noruega ha decidido colocar bajo control público su fondo soberano de patrimonio, en respuesta a las incertidumbres financieras que sacuden el mercado global. Con un valor estimado de 1,3 billones de dólares, el fondo es una herramienta crucial para estabilizar la economía del país. Las autoridades noruegas buscan así proteger los intereses económicos nacionales y garantizar la continuidad de los beneficios sociales para sus ciudadanos. Esta medida ocurre en un momento crítico y refleja un enfoque cauteloso ante las fluctuaciones económicas internacionales.
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