Las hermanas Chan, al igual que muchos otros residentes del complejo Wang Fuk Court en Tai Po, Hong Kong, enfrentan días de angustia tras un devastador incendio que ha dejado al menos 94 muertos y 76 heridos. El fuego, que se propagó peligrosamente rápido por siete de los ocho rascacielos del complejo, ha desatado indignación entre los vecinos, quienes cuestionan las medidas de seguridad y exigen responsabilidades. Las primeras investigaciones apuntan a la malla de revestimiento y al uso de andamios de bambú como posibles acelerantes del incendio. Mientras los equipos de rescate aún buscan sobrevivientes, la policía ha detenido a miembros de la empresa constructora por negligencia. La aseguradora del complejo ha ofrecido importantes compensaciones económicas, pero para los residentes, la seguridad sigue siendo una preocupación predominante. En este contexto, la solidaridad ciudadana se ha hecho presente, con voluntarios organizando asistencia para los damnificados.
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