Rusia lanzó un masivo ataque nocturno contra Ucrania, empleando más de 800 drones y una docena de misiles, alcanzando un nuevo récord. Kiev, la capital, fue seriamente afectada, reportándose al menos tres muertos y 18 heridos, entre ellos un bebé. Por primera vez, la sede del Gobierno ucraniano fue dañada. Las defensas ucranianas derribaron 747 drones y cuatro misiles, pero los ataques impactaron en 37 ubicaciones, incluyendo Odesa, Krivói Rog y Dnipropetrovsk. Entre los objetivos, aparte de civiles, se afectaron infraestructuras y viviendas, con incendios en varios puntos. Autoridades ucranianas pidieron más presión internacional sobre Rusia y enfatizaron la necesidad urgente de armas para detener los ataques.
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