En un mundo cada vez más urbanizado, los jardines verticales ofrecen una solución innovadora para integrar la naturaleza en espacios limitados. Estas estructuras de plantas colgantes no solo aportan frescura y color, sino que también mejoran la calidad del aire al purificarlo y reducir toxinas. Además, actúan como barreras acústicas, amortiguando el ruido urbano, y tienen efectos positivos sobre el bienestar emocional, aliviando el estrés y mejorando la concentración. La elección de especies adecuadas, como helechos o suculentas, es clave para su mantenimiento. Los jardines verticales, adaptables a cualquier espacio, permiten crear oasis personales, brindando naturaleza y serenidad en casa.
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