La llegada de la inteligencia artificial (IA) está revolucionando el sector financiero, impulsando un replanteamiento integral en áreas fundamentales como la confianza, la toma de decisiones y el liderazgo. En este contexto de cambio, Aaron Harris, CTO de Sage, una empresa líder global en soluciones tecnológicas para pymes, analiza el impacto inminente que la IA tendrá en los departamentos financieros y contables durante el próximo año.
A medida que la IA se incorpora cada vez más en las funciones financieras, los directores financieros se ven forzados a tomar un rol protagonista en la gestión y validación de estas tecnologías. La expectativa es que estos líderes asuman la responsabilidad del comportamiento de la IA, evaluando la fiabilidad de los datos y asegurando que las recomendaciones y resultados están alineados con los objetivos empresariales. La creciente dependencia de la IA para la toma de decisiones aumenta las presiones regulatorias y exige un nivel de supervisión nunca antes visto.
El cambio no solo afecta a los liderazgos, sino también al software que se utiliza. El software financiero está siendo rediseñado para facilitar la interacción entre humanos y agentes de IA. Estos nuevos sistemas están transformando las tareas rutinarias y liberando a los equipos para concentrarse en decisiones de mayor valor estratégico, permitiendo que los agentes de IA ejecuten procesos complejos con velocidad y precisión, eliminando errores y discrepancias.
Un tema recurrente es la confianza en la IA, que pasa de ser un concepto abstracto a un requisito tangible. Las empresas están demandando transparencia sobre cómo los modelos de IA llegan a sus conclusiones y exigen garantías en cuanto a la gestión y el cumplimiento normativo de sus datos. Este enfoque hacia una IA responsable también está siendo promovido por las principales firmas de contabilidad, que están estableciendo servicios de auditoría para asegurar la integridad y trazabilidad de los datos usados por estos sistemas.
Con el auge del contenido sintético influenciado por la IA en Internet, la procedencia de la información se vuelve crucial. Las empresas necesitarán herramientas que identifiquen de dónde proviene la información, su manejo y cambios a través del tiempo. No se trata solo de saber si el contenido fue creado por humanos o máquinas, sino de poder confiar en su validez y aplicabilidad.
A medida que los sistemas inteligentes asumen un rol cada vez mayor en las tareas financieras, el puesto de CTO (Chief Technology Officer) se perfila como el más codiciado en el ámbito contable. Los CTO de vanguardia no solo adaptarán la tecnología a las necesidades empresariales, sino que la utilizarán como un motor de innovación, optimizando flujos de trabajo y creando nuevas oportunidades de asesoría.
Las empresas que prioricen estas capacidades tecnológicas serán las que destaquen en un entorno financiero en rápida evolución. Con la introducción efectiva de la IA, se abrirán nuevas fronteras en términos de asesoría financiera y eficiencia, moldeando el futuro del sector y estableciendo nuevos estándares de operación y confianza.







