Un reciente informe del Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley (Berkeley Lab) ha puesto de manifiesto las crecientes preocupaciones sobre el consumo energético de los centros de datos en Estados Unidos, ofreciendo una visión exhaustiva sobre su evolución desde 2014 y proyecciones hacia 2028. Esta investigación resalta tanto los retos como las oportunidades en un sector que se encuentra en constante crecimiento debido a las demandas tecnológicas contemporáneas.
El consumo energético de los centros de datos ha mostrado un aumento sostenido, pasando de 60 teravatios-hora (TWh) en 2014 a 176 TWh en 2023. Este incremento representa un significativo 4,4% del consumo eléctrico total de la nación. Un factor determinante detrás de este crecimiento es la creciente adopción de servidores acelerados, diseñados específicamente para alimentar aplicaciones de inteligencia artificial, cuyo consumo energético se ha disparado en los últimos años.
Varias tendencias están propulsando esta expansión. En primer lugar, los aceleradores de hardware para AI, especialmente los servidores con GPU, se han convertido en un componente crucial, con un aumento del 18% anual en las unidades vendidas. Asimismo, la transición hacia centros de datos hiperescalares ha ganado terreno; en 2023, el 75% de los servidores se encontraban en estos entornos, que son reconocidos por su eficiencia energética. Finalmente, la creciente demanda de servicios de computación avanzada y el aumento del tráfico de datos han obligado a las infraestructuras de TI a expandirse con rapidez.
El impacto ambiental de este crecimiento no se limita al consumo de energía. Los datos recopilados en 2023 revelan que estos centros de datos consumieron aproximadamente 66 mil millones de litros de agua, utilizándose principalmente en sistemas de refrigeración. Sin embargo, hay avances en la mejora de la eficiencia hídrica gracias a tecnologías innovadoras como los enfriadores adiabáticos y sistemas de enfriamiento líquido.
Mirando hacia el futuro, el informe ofrece varias proyecciones de escenarios para 2028, anticipando que el consumo energético de los centros de datos podría situarse entre 325 y 580 TWh. Estas cifras podrían representar hasta un 12% del consumo eléctrico nacional, con variaciones derivadas de la adopción de tecnologías más eficientes, cambios en la gestión de los servidores de IA y desarrollos en la capacidad de los aceleradores de hardware.
El informe del Berkeley Lab no solo se centra en el diagnóstico del problema, sino que también propone una serie de recomendaciones para mitigar el impacto ambiental. Entre ellas, se destaca la importancia de mejorar la transparencia en la recopilación y difusión de datos sobre el consumo energético, así como fomentar colaboraciones con servicios públicos para acelerar la integración de energías renovables. Además, subraya la necesidad de innovaciones tecnológicas en áreas como algoritmos optimizados, diseño de hardware específico y avanzando en sistemas de refrigeración.
En última instancia, el reporte pone de relieve la urgente necesidad de encontrar un equilibrio entre el crecimiento inexorable del sector de los centros de datos y la implementación de medidas sostenibles. La colaboración efectiva entre la industria, los reguladores y otras partes interesadas será esencial para enfrentar de manera efectiva los desafíos energéticos y ambientales que se avecinan en esta era de transformación digital.