La situación política en Corea del Sur se complica tras la emisión de una orden de arresto contra el presidente Yoon Suk-yeol, acusado de insurrección y abuso de poder al declarar la ley marcial el 3 de diciembre. Suspendido de sus funciones desde el 14 de diciembre, Yoon se ha convertido en el primer presidente en ejercicio en la historia democrática del país en enfrentarse a la detención. La orden fue solicitada por la Oficina para las Investigaciones de Corrupción de Funcionarios de Alto Rango y ha suscitado tensiones en el panorama político, con el Tribunal Constitucional llamado a decidir el futuro de Yoon, quien niega las acusaciones y justifica sus acciones como un intento de proteger al Estado. El país, ahora liderado temporalmente por el ministro de Finanzas Choi Sang-mok, se ve inmerso en incertidumbre y divisiones internas, incrementadas tras la reciente destitución del primer ministro Han Duck-soo por complicidad con Yoon. La posibilidad de una detención de Yoon podría agravar aún más la polarización política en un contexto de desafíos económicos y geopolíticos crecientes.
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