El príncipe Enrique de Inglaterra enfrenta una revisión de seguridad tras una larga batalla legal para restaurar la protección policial que se le ofrecía como miembro de la familia real. El Tribunal de Apelaciones del Reino Unido desestimó en mayo el caso contra el Gobierno que rebajó su seguridad, obligándolo a costear su propia protección privada en sus breves visitas al país. Sin embargo, el Ministerio del Interior ha ordenado recientemente una nueva evaluación de amenazas, lo que podría cambiar el actual esquema de protección del príncipe y su familia. Este desarrollo surge en medio de un acercamiento entre Enrique y el rey Carlos III, luego de años de tensión y desencuentros familiares. La evaluación, que considera a Enrique un posible objetivo de alto riesgo, concluiría en enero, con implicaciones sobre quién asumiría los costos de cualquier nueva medida de seguridad.
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