En un encuentro conjunto, el presidente estadounidense Donald Trump y el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, ofrecieron comentarios sobre la mediación entre Israel e Irán. Rutte se refirió a Trump como «papi», gesto que el mandatario interpretó con simpatía, destacando la necesidad a veces de un lenguaje fuerte para alcanzar acuerdos. Trump comparó la situación de los ataques entre ambos países con una pelea infantil, sugiriendo que la intervención estadounidense fue clave para el cese temporal del conflicto. En sus declaraciones, Trump defendió su relación con Rutte y descartó que este último fuera un líder débil, calificándolo de «buen amigo».
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