Donald Trump recibió con honores al príncipe heredero saudí, Mohamed bin Salman, en una visita marcada por las negociaciones para la venta de cazas F-35 a cambio del reconocimiento saudí de Israel y su eventual adhesión a los Acuerdos de Abraham. A pesar de la oposición de Israel y preocupaciones internas de seguridad en EE.UU., Trump respalda la transferencia de estos aviones, en medio de un paquete de defensa de 142.000 millones de dólares, el cual podría incluir provisiones técnicas para proteger la superioridad tecnológica israelí. La visita también se centra en inversiones y colaboración en inteligencia artificial, energía nuclear civil y defensa, mientras Arabia Saudí prosigue su transformación económica y busca diversificar su economía, reduciendo su dependencia del petróleo. La visita ocurre en un contexto complejo, siete años después del asesinato de Jamal Khashoggi, y en medio de desafíos diplomáticos en la región.
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