Este martes se inaugura en Miami-Dade, Florida, el controvertido centro de detención para inmigrantes indocumentados conocido como «Alligator Alcatraz», rodeado de pantanos infestados de caimanes y serpientes. El presidente de EE.UU., Donald Trump, apoyará la apertura, según el gobernador Ron DeSantis. La instalación, que ocupará un terreno de 100 kilómetros cuadrados, ha generado críticas por su impacto ambiental y condiciones inhumanas. Grupos ecologistas y de derechos humanos han presentado una demanda contra la construcción, que asegura no haber cumplido con regulaciones ambientales ni consultas públicas. La tribu Miccosukee también denuncia que no fueron consultados, considerando el proyecto como una afrenta a sus tierras ancestrales. A pesar de las preocupaciones, DeSantis defiende la iniciativa como una respuesta a la presión sobre los centros de detención actuales.
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