En un tenso enfrentamiento legal, la Universidad de Harvard ha demandado a la administración Trump por intentar revocar su capacidad para matricular a estudiantes internacionales, una medida que afecta al 27% de su alumnado. Una jueza de distrito emitió una orden de restricción temporal que permite a Harvard continuar accediendo a programas de visado, tras haber calificado la prohibición como una «represalia inconstitucional» hacia la institución por resistirse a cumplir ciertas exigencias federales que, según el Gobierno, incluyen el combate al antisemitismo y la eliminación de programas de diversidad. Este episodio es parte de un conflicto mayor sobre la autonomía académica, mientras la administración federal continúa su cruzada contra políticas educativas independientes.
Leer noticia completa en El Pais.