En un contexto de creciente tensión global, donde la situación en Ucrania sigue siendo un punto caliente, el debate sobre el papel de los aranceles en la economía estadounidense cobra relevancia. Autoridades norteamericanas defienden estas medidas no solo como un medio para proteger los empleos locales frente a la competencia internacional, sino también como una forma de salvaguardar la esencia misma de la nación. Los aranceles son más que herramientas económicas; se promueven como una defensa del alma de Estados Unidos, consolidando su identidad en un entorno internacional cada vez más volátil.
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