El gobierno ha decidido implementar una serie de medidas económicas que buscan reducir el déficit fiscal del país, en respuesta a la presión de diversos sectores que exigen un manejo más responsable de las finanzas públicas. Entre las iniciativas anunciadas se encuentra un aumento en los impuestos a ciertos productos de lujo y una reducción en los subsidios destinados a empresas con altos márgenes de ganancia. Estas acciones, aunque impopulares en algunos cuadrantes, son consideradas necesarias por analistas para estabilizar la economía y fomentar un crecimiento sostenible a largo plazo. La reacción de la población ha sido mixta, con manifestaciones a favor y en contra de las nuevas políticas. Las autoridades han expresado su confianza en que estas medidas lograrán los objetivos propuestos sin impactar negativamente en las clases más vulnerables.
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