El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha iniciado el despliegue de 1.500 militares en la frontera con México, cumpliendo así su promesa de reforzar la seguridad fronteriza. La medida, anunciada durante su reciente investidura, prevé un incremento del 60% en fuerzas activas en la zona, con el objetivo de frenar la inmigración ilegal y apoyar en deportaciones masivas. Este despliegue, autorizado por el Pentágono y coordinado con el Departamento de Seguridad Nacional, también se enfocará en construir barreras para limitar cruces ilegales. Aunque los militares no llevarán a cabo tareas policiales directas, funcionarán como apoyo logístico y administrativo. Esta acción refuerza el compromiso de Trump de aumentar la seguridad nacional, un pilar de su campaña electoral.
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