El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha firmado cuatro órdenes ejecutivas para intentar revitalizar el uso del carbón, a pesar de ser la fuente de energía más contaminante y que más contribuye al calentamiento global. Durante su primer mandato, el uso del carbón disminuyó significativamente más que en periodos anteriores, incluso con las políticas medioambientales restrictivas de Barack Obama. En 2024, la energía eólica y solar superó por primera vez al carbón en la generación de electricidad en EE.UU., mientras que el gas natural, más limpio que el carbón, se consolidó como la principal fuente energética. A nivel global, el uso del carbón sigue disminuyendo, especialmente fuera de China e India, y el 2024 marcó un mínimo en la inauguración de nuevas plantas de carbón en dos décadas.
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