Las declaraciones recientes respecto a la construcción de nuevos acorazados han generado un gran revuelo en la comunidad internacional. Según se ha afirmado, estos buques serán «los más grandes y poderosos de la historia», superando con creces a cualquier embarcación construida anteriormente. Se menciona que serán «cien veces más poderosos» que sus predecesores, destacando también que su desarrollo será supervisado de forma personal por la cabeza a cargo del proyecto. Esta ambiciosa iniciativa ha planteado numerosas preguntas sobre su impacto potencial en el equilibrio naval y la seguridad global, mientras que expertos evalúan las implicaciones futuras de semejante despliegue de poderío marítimo.
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