El presidente de Estados Unidos ha ordenado recientes pruebas armamentísticas similares a las realizadas por Rusia, reflejando su persistente preocupación por la carrera armamentista, un tema que le ha inquietado desde los años 80. Este enfoque busca mantener una postura competitiva en el escenario internacional, subrayando las tensiones geopolíticas actuales y la continua rivalidad entre grandes potencias en el ámbito militar. La decisión resalta la importancia estratégica que Estados Unidos otorga a su capacidad defensiva y tecnológica en un contexto global cada vez más desafiante.
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