Ucrania ha realizado por primera vez una operación militar en el mar Mediterráneo, utilizando drones bomba de sus Servicios de Seguridad para atacar el petrolero Qendil, bajo bandera de Omán, en aguas internacionales entre Creta y Malta. Este buque es parte de la «flota fantasma» que evade el bloqueo a las exportaciones de petróleo ruso. La acción se enmarca en la campaña ucraniana para debilitar la industria energética rusa, con ataques a barcos que exportan crudo, lo que ha generado tensiones diplomáticas. Rusia, a su vez, ha intensificado sus ataques contra la infraestructura portuaria ucraniana, afectando seriamente la capacidad exportadora de Odesa. El presidente ruso, Vladimir Putin, afirma que estas acciones buscan encarecer los seguros de transporte de petróleo y promete una respuesta contundente.
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