Un reciente estudio, coordinado por el Instituto de Investigación del Hospital del Mar junto con la Universidad Pompeu Fabra, ha revelado una preocupante conexión entre la sensibilidad al estrés y la frecuencia e intensidad de pensamientos suicidas en estudiantes universitarios. Publicado en el destacado Journal of Affective Disorders, este análisis se basó en encuestas diarias a más de 700 estudiantes durante un período de 14 días.
El estudio identifica tres niveles de ideación suicida pasiva y muestra que los estudiantes con una alta sensibilidad al estrés tienden a experimentar pensamientos más extremos y persistentes. Este hallazgo cobra especial importancia dado que el suicidio es la principal causa de muerte entre jóvenes de 15 a 29 años en España, destacando la urgencia de comprender los factores que alimentan esta problemática.
Los investigadores descubrieron que aquellos con mayores niveles de ideación pasiva reportan pensamientos de muerte al menos cada 48 horas. Esto sugiere que capturar las variaciones en la ideación suicida es crucial para desarrollar mejores estrategias preventivas.
Además, el estudio encontró que los patrones de ideación más intensos están vinculados a una mayor persistencia de pensamientos suicidas a lo largo del tiempo, elevando el riesgo de intentos de suicidio. Los expertos indican que aumentar la sensibilización sobre la salud mental e implementar técnicas como el mindfulness podrían ser estrategias efectivas para reducir estos riesgos en la población estudiantil.
Estos resultados desafían el mito de que la ideación pasiva es menos peligrosa que la activa, proponiendo que una ideación pasiva intensa y frecuente puede ser un fuerte predictor de comportamientos suicidas futuros.