Un reciente estudio de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) revela una preocupante realidad: uno de cada tres productos que se comercializan como gambas, langostinos, cigalas, camarones y carabineros en supermercados están mal etiquetados. La mayoría de los casos de etiquetado incorrecto se detectaron en productos congelados, mientras que los productos frescos comprados en pescaderías mostraron una mayor precisión en la información suministrada.
La investigación buscó brindar datos que permitieran a los consumidores tomar decisiones informadas para evitar el mal etiquetado de alimentos en su vida diaria. Según los expertos, optar por productos frescos o cocidos y realizar compras directamente en pescaderías son estrategias efectivas para minimizar el riesgo de adquirir productos erróneos. Este exhaustivo análisis, el primero de su tipo, sugiere además la necesidad de continuar este tipo de estudios en otros productos alimentarios.
Publicado en la prestigiosa revista Journal of the Science Food and Agriculture, el estudio se centró en el análisis de ADN de 95 muestras tomadas en Madrid y Toledo, abarcando 55 productos de diversas procedencias, incluidos hipermercados, supermercados y pescaderías. Los resultados fueron reveladores: 19 de los productos analizados contenían especies diferentes a las indicadas en su etiqueta. En algunos casos, se encontraron varias especies distintas dentro de un mismo producto.
El estudio también destacó que los productos provenientes de los océanos Pacífico e Índico presentaban una mayor incidencia de etiquetado incorrecto en comparación con aquellos del Atlántico. Esta práctica afecta mayormente a los crustáceos de la familia Penaeoidea, que son de los productos acuáticos más consumidos globalmente.
Jose Luis Horreo, investigador del Departamento de Genética, Fisiología y Microbiología de la UCM, señaló que los resultados son cruciales para que los consumidores eviten comprar productos que no corresponden a lo que realmente desean. Además de las implicaciones para la salud y la economía de los consumidores, Horreo enfatizó la necesidad de vigilancia y regulación más estrictas en el etiquetado de alimentos.
Otra conclusión importante del estudio es que los productos de acuicultura no mostraron problemas de etiquetado incorrecto, y no se encontraron diferencias en la precisión del etiquetado entre productos de diferentes rangos de precios. Esto implica que un precio elevado no siempre garantiza un etiquetado fiel.
Esta investigación marca un importante primer paso hacia la mejora de las prácticas de etiquetado en la industria alimentaria, y podría motivar futuras investigaciones y políticas que aseguren la transparencia y la seguridad en la comercialización de alimentos.