El fallecimiento del papa Francisco, a los 88 años, marca el fin de un papado que dejó una profunda huella en la Iglesia Católica y en la comunidad internacional. Conocido por su espíritu dialogante y abierto, Jorge Mario Bergoglio llevó a cabo un liderazgo político y sincero, impulsando reformas que buscaban modernizar la institución religiosa. Su comprensión de la diversidad y complejidad del mundo contemporáneo le permitió conectar con quienes sentían que la Iglesia no los representaba, adaptando los mensajes eclesiásticos a los tiempos actuales y reconociendo errores pasados. Su legado contrasta con el enfoque conservador de su antecesor, acercándose a los más necesitados y abogando por una Iglesia más inclusiva. En un periodo de cambios y desafíos globales, la expectativa recae ahora sobre el nuevo pontífice, a quien se le desea una visión tan integradora y abierta como la de Francisco.
Leer noticia completa en 20minutos.