Filipinas, un archipiélago compuesto por más de 7.000 islas, de las cuales 2.000 están habitadas, enfrenta anualmente una media de veinte tifones severos, lo que lo sitúa entre los lugares más propensos a desastres naturales en el mundo. Esta situación recurrente subraya la vulnerabilidad del país ante fenómenos climáticos extremos que impactan tanto en la infraestructura como en la seguridad de sus habitantes.
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