El nuevo Papa, Robert Francis Prevost, ahora conocido como León XVI, es el primer estadounidense en ser elegido como Vicario de Cristo, llevando consigo una rica herencia europea y una extensa experiencia pastoral en Perú. Esta elección marca una continuidad creativa en el Vaticano, tratando de reconciliar las diversas facciones internas del clero en un momento de posibles divisiones. Prevost, un cardenal bergogliano con su propio enfoque, busca un papado más colegiado y menos autoritario, guiado por la doctrina social de León XIII. Aunque enfrenta el desafío de abordar la crisis de pederastia, su nombramiento es visto como un paso hacia una iglesia más centrada en los problemas sociales y humanos, evitando involucrarse directamente en ideologías políticas contemporáneas. Su enfoque promete continuidad con las reformas de Francisco, pero con un estilo más discreto y apegado al pasado doctrinal de la Iglesia.
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