En un emotivo inicio de su ministerio, el nuevo Papa, León XIV, se dirigió al Colegio de Cardenales y a los fieles con un mensaje de unidad y amor, tras la muerte del Papa Francisco, quien dejó un vacío profundo en la Iglesia. León XIV resaltó la necesidad de construir una Iglesia unida, que sea fermento de paz y comunión en un mundo marcado por discordias y prejuicios. Instó a los creyentes a ser portadores del amor de Dios, buscando la reconciliación y la fraternidad global, y destacó que la verdadera autoridad se fundamenta en la caridad de Cristo, buscando siempre servir a la humanidad sin importar las diferencias culturales o religiosas.
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