Bajo la luz de una luna casi llena en Brasilia, un grupo de 70 seguidores de Jair Bolsonaro se congregó para una vigilia, mientras el expresidente enfrenta una fase crucial en su juicio por intento de golpe de Estado. Reunidos cerca de su residencia, donde cumple arresto domiciliario, los participantes expresan desconfianza en la justicia terrenal y apuestan por la divina. María Eunice, bióloga jubilada, defiende su inocencia, reflejando el discurso de su defensa. Paralelamente, manifestaciones en Río de Janeiro y São Paulo claman por amnistía, destacando la tensión política en Brasil. Tarcisio de Freitas, potencial sucesor de Bolsonaro, criticó al juez Alexandre de Moraes, quien encabezará la decisión judicial.
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