Hizbulá vive la semana más crítica de su historia tras dos devastadores ataques en 24 horas, que dejaron cientos de heridos y varios muertos, incluyendo niños. Las explosiones se escucharon en diferentes regiones del Líbano, con un foco en el sur de Beirut y la región de Bekaa. La inteligencia israelí estaría detrás del ataque, utilizando buscas manipulados con explosivos activados ante el miedo de ser descubiertos. La situación ha escalado con un ataque de Hizbulá a posiciones israelíes, mientras se teme una posible guerra abierta que podría involucrar a Estados Unidos, justo antes de las elecciones presidenciales. El líder de Hizbulá, Hasan Nasrala, se dirigirá pronto a sus seguidores en un clima de creciente tensión y amenazas de venganza.
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