El panorama del año 2023 se ha visto ensombrecido por el uso irresponsable de la tecnología, una realidad que ha multiplicado las amenazas contra la democracia a nivel global. En un mundo cada vez más digital, prácticas como la vigilancia masiva, los asaltos a la encriptación y la censura gubernamental ya no son solo teorías distópicas, sino amenazas concretas que afectan a millones de personas. En este contexto, la Electronic Frontier Foundation (EFF) emerge como uno de los bastiones más firmes en la defensa de los derechos digitales.
Conformada por un equipo diverso de abogados, tecnólogos y activistas, la EFF toma un papel central en la protección de la privacidad y los derechos en línea. Sin embargo, este año la organización ha emitido un llamado de alerta a la ciudadanía global, subrayando la necesidad de colaboración para enfrentar estas amenazas.
La EFF insiste en que las tecnologías deben proteger y ampliar los derechos de las personas, no convertirse en herramientas de control autoritario. En una serie de acciones estratégicas a lo largo del año, la fundación ha lanzado un centro de recursos destinado a ayudar a los usuarios a comprender y resistir las leyes de verificación de edad. Además, ha impugnado en los tribunales el uso de bases de datos de lectores de matrículas, acciones que considera inconstitucionales, y ha solicitado respuestas claras a la eliminación abrupta de aplicaciones de rastreo por parte del departamento de inmigración y control de aduanas (ICE) de Estados Unidos.
Otro aporte significativo de la EFF es Rayhunter, una herramienta innovadora diseñada para detectar simuladores de torres de telefonía celular. En un esfuerzo por contrarrestar las propuestas de la Unión Europea que amenazan la encriptación empleada por millones de usuarios, la EFF continúa su batalla en defensa de las libertades digitales, 35 años después de su fundación.
Con el final del año en el horizonte, la EFF ha lanzado un llamado a la acción, instando al público a contribuir con donaciones para financiar sus iniciativas. Estas contribuciones son esenciales, sostiene la organización, no solo para cubrir costos legales, sino para promover herramientas que garanticen la privacidad y desbloqueen hasta 26,200 dólares en donaciones de desafío.
Además, para aquellos que ya son parte de la EFF, la organización anima a compartir su mensaje y sumar más voces a esta causa, en busca de un futuro donde la tecnología esté al servicio de las personas, no del control autoritario. En un mundo donde los desafíos digitales son cada vez más complejos, la unidad y colaboración se presentan como las mejores defensas contra los embates a la libertad de expresión y la privacidad.








