En un giro inesperado de los acontecimientos, el gobierno ha anunciado un paquete de medidas económicas destinadas a aliviar la creciente presión inflacionaria que afecta a millones de ciudadanos. Las nuevas políticas incluyen subsidios al transporte, congelación de precios en productos básicos y una reducción temporal del impuesto al valor agregado (IVA) en alimentos esenciales. Estas acciones responden a las críticas desde diversos sectores sobre el elevado costo de vida y buscan estabilizar la economía mientras se protege a los más vulnerables. Las reacciones han sido mixtas; algunos expertos aplauden la iniciativa como un paso real hacia la recuperación, mientras que otros la ven como un paliativo insuficiente ante desafíos más profundos y estructurales.
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