En la reciente edición de la feria Computex en Taipéi, la empresa Utran Technology sorprendió al público al presentar una solución de almacenamiento que desafía los límites actuales del hardware: una tarjeta de expansión PCIe 5.0 capaz de alojar hasta 28 unidades SSD en formato M.2, proporcionando un total de 224 TB de almacenamiento. Con velocidades de hasta 109 GB/s, esta innovación ha capturado la atención de expertos y entusiastas del sector.
El diseño del dispositivo es similar al de una tarjeta gráfica, debido a su tamaño y diseño, pero alberga un total de 28 SSDs M.2 organizados en capas internas. Estos están acompañados de indicadores LED para mostrar su estado operativo. Utran supera así al modelo anterior Apex Storage X21, que soportaba 21 módulos.
Para lograr su impresionante rendimiento, la tarjeta utiliza conexiones a través de PCIe 5.0. Una ranura PCIe 5.0 x16 ofrece hasta 64 GB/s, pero Utran ha incorporado enlaces x8 adicionales mediante adaptadores para alcanzar el ancho de banda prometido. Las unidades SSD están configuradas en RAID, optimizando así la velocidad de acceso a los datos.
Sin embargo, el producto no está exento de desafíos. Aunque las operaciones de entrada/salida por segundo (IOPS) alcanzan los 418.000, esto es modesto en comparación con SSDs de gama alta individuales. El consumo energético también es significativo, llegando hasta 400 vatios, lo que demanda conectores de alimentación adicionales. El sistema incorpora un radiador y un ventilador para refrigeración, aunque algunas críticas destacan que podría resultar insuficiente debido a la densidad de la configuración.
En el ámbito de los servidores, donde estas tarjetas se integran en bastidores, se puede lograr una capacidad conjunta de alrededor de 1,8 PB. Esto representa un uso intensivo del espacio con un almacenamiento sin precedentes, ideal para aplicaciones que requieren grandes volúmenes de datos, como análisis de datos, inteligencia artificial y virtualización a gran escala.
A pesar de sus ventajas, la tarjeta presenta inconvenientes notables. No soporta el intercambio en caliente, una función común en entornos de servidor que permite reemplazar unidades sin apagar el sistema. Tampoco dispone de protección contra fallos de alimentación para toda la tarjeta.
El adaptador estará disponible este verano por alrededor de 3.000 dólares, un precio elevado en gran parte debido al sofisticado switch PCIe de Broadcom que garantiza su rendimiento. Aunque este dispositivo probablemente no será común en equipos de escritorio convencionales, establece un nuevo estándar para la integración de almacenamiento flash y sugiere futuras innovaciones en el hardware de centros de datos y sistemas de alto rendimiento.