Con la llegada del verano, mientras el mundo parece relajarse, la actividad de los ciberdelincuentes cobra mayor vitalidad. Este periodo estival, caracterizado por los viajes, las reservas y las compras en línea, ofrece un campo fructífero para aquellos que buscan aprovechar las vulnerabilidades digitales de sus víctimas desprevenidas.
Numerosos fraudes digitales siguen en aumento: los correos falsos de entidades bancarias, las webs de alquiler engañosas y la suplantación de identidad son solo algunos de los trucos que explotan la confianza y la falta de atención de muchos usuarios.
Para evitar ser presa de estos engaños, resulta esencial establecer una rutina de protección digital antes de cerrar la maleta. Activar la verificación en dos pasos para aplicaciones bancarias, revisar los límites de gasto y asegurarse de que podemos bloquear tarjetas desde el móvil son pasos fundamentales. Además, contar con contraseñas seguras y mantener nuestros dispositivos bloqueados y actualizados minimiza considerablemente los riesgos.
Una VPN para conexiones en redes públicas, descargas previas de billetes y mapas, y la desactivación de conexiones automáticas de Bluetooth y Wi-Fi se convierten en aliados importantes durante la temporada vacacional.
En cuanto estemos de viaje, es crucial realizar pagos únicamente en sitios confiables, evitar compartir información financiera por canales inseguros, y utilizar servicios de pago como Bizum o PayPal. Además, el sentido común dicta no hacer clic en enlaces sospechosos ni divulgar nuestra ubicación en tiempo real en redes sociales.
Si, a pesar de las precauciones, existe sospecha de fraude, la reacción rápida es primordial: bloquear tarjetas, contactar a la entidad bancaria y denunciar el incidente son acciones que pueden mitigar daños.
La protección digital durante el verano no es baladí y debe ser parte integral de la planificación de cualquier viaje. Recordemos que, aunque los ciberdelincuentes no toman descanso, nuestros datos pueden estar seguros si aplicamos medidas cautelares y prevemos los riesgos. En definitiva, disfrutar del merecido descanso con la tranquilidad de tener protegida nuestra información es perfectamente posible.