La carrera por el dominio de la infraestructura de datos ha alcanzado un nuevo nivel con la reciente inversión de 25.000 millones de dólares anunciada por Vantage Data Centers. Este gigante de los centros de datos ha decidido establecer en Shackelford County, Texas, el campus más grande de su historia, llamado «Frontier». Este mega-campus se proyecta como uno de los más grandes del mundo y consiste en una infraestructura que promete revolucionar el ámbito del cómputo enfocado en inteligencia artificial (IA).
El campus Frontier se extenderá por 1.200 acres, equivalentes a casi 5 km², y estará dotado de diez centros de datos distribuidos en 3,7 millones de pies cuadrados. Estas instalaciones están diseñadas para manejar cargas de trabajo de ultra alta densidad, equipadas para soportar racks con más de 250 kW, una capacidad futurista en comparación con los estándares de hace una década.
Para lograr su cometido, Vantage utilizará sistemas avanzados de refrigeración líquida, esenciales para gestionar el calor producido por las GPU de última generación, centrales en los modelos de IA. La construcción ya ha comenzado, y el primer edificio está previsto para la segunda mitad de 2026.
Dana Adams, presidenta de Vantage en Norteamérica, destaca la importancia de Texas en la agenda de expansión de IA, subrayando que esta iniciativa con 1,4 GW de capacidad de cómputo representa un hito para la empresa y sus clientes.
El impacto económico del proyecto es igualmente notable, con la generación de más de 5.000 empleos durante su construcción y operación. El gobernador Greg Abbott aplaudió la iniciativa señalando que subraya la posición de Texas como líder en innovación tecnológica. Además, Vantage se compromete a invertir en la comunidad a través de becas, donaciones y programas de capacitación, potenciando la economía local.
La sostenibilidad es otro pilar clave del desarrollo de Frontier. Como parte de su compromiso con el medio ambiente, Vantage implementará un sistema cerrado de enfriamiento por chiller para minimizar el uso de agua, buscando además la certificación LEED Gold y planeando operar con energía 100 % renovable.
La creación de este centro no solo responde al aumento exponencial de la demanda de cómputo derivada de la IA generativa, sino que también destaca el atractivo de Texas como epicentro tecnológico por su suelo abundante y asequible, infraestructura eléctrica robusta y mano de obra calificada.
El proyecto Frontier se erige como un símbolo del poder digital de Estados Unidos en su esfuerzo por mantener la delantera en infraestructura frente a gigantes como China y las regulaciones europeas. Para la comunidad de Shackelford County, el nuevo campus representa una transición de la agricultura a la digitalización, integrándose en la economía global tecnológica en constante evolución.
En resumen, Frontier no solo es una respuesta a las exigencias crecientes de la inteligencia artificial, sino también un cambio estructural que redefine el paradigma de la economía digital y el desarrollo sostenible.
