La dictadura bolivariana de Venezuela busca capitalizar políticamente la beatificación de José Gregorio Hernández, una figura venerada por los ciudadanos. Este acontecimiento religioso es visto como una oportunidad por el régimen para fortalecer su imagen y ganar apoyo. El evento despierta sentimientos de devoción en un país sumido en una profunda crisis, y el gobierno intenta utilizar el fervor popular en su favor, resaltando la importancia de Hernández en la cultura nacional mientras navega las complejidades políticas internas.
Leer noticia completa en El Mundo.