La primera dama de Colombia, Verónica Alcocer, ha rechazado cualquier vínculo entre su estilo de vida en Suecia y la reciente compra de aviones Gripen por parte del gobierno colombiano, después de que medios y opositores cuestionaran sus finanzas. Alcocer, que reside en Estocolmo desde que se anunció la transacción, asegura en redes sociales que las acusaciones son calumniosas y carecen de fundamento. La empresa Saab, fabricante de las aeronaves, reafirma la transparencia del contrato, que incluye transferencias tecnológicas y apoyo logístico. Mientras tanto, el presidente Petro defiende a Alcocer, señalando que sus ingresos no dependen del erario y explicando su estadía en Suecia como resultado de un curso de inglés y las sanciones impuestas por Estados Unidos. Este episodio se suma a otros momentos de escrutinio mediático que ha enfrentado Alcocer durante su papel en la vida pública, ahora bajo un perfil más discreto tras concluir su relación con Petro.
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