Los votantes alemanes acudieron masivamente a las urnas en unas elecciones cruciales para definir el futuro del país, eligiendo a los miembros del Bundestag que nombrarán al sucesor de Olaf Scholz. La Unión (CDU y CSU), liderada por Friedrich Merz, se posiciona como la primera fuerza con el 28,9% de los votos, mientras que la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) alcanzó un histórico 19,9%. Con una participación del 84%, estos comicios podrían dar lugar a diferentes configuraciones de coalición, según el resultado final de los partidos pequeños. El panorama político se complica ante la exclusión de alianzas con AfD y Die Linke, pese al ascenso de este último entre los jóvenes. En un contexto de preocupaciones económicas y sociales, Merz promete formar gobierno rápidamente mientras asume una retórica más radical en respuesta a la agenda impuesta por AfD.
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