El Informe FOESSA 2024 revela que el crecimiento económico en la Comunidad de Madrid no ha mitigado la exclusión social ni mejorado el acceso a la vivienda y la atención sanitaria. A pesar de ubicarse en el promedio de exclusión social comparado con otras regiones, Madrid destaca negativamente en aspectos como la vivienda, afectando al 23% de la población. El alquiler, que ha aumentado un 24% desde 2018, deja a muchas familias en situaciones inadecuadas, como condiciones de hacinamiento, especialmente afectando a jóvenes, migrantes y familias monoparentales. Además, mientras el empleo ha crecido, la desigualdad persiste y el ingreso mínimo vital solo llega al 42% de quienes viven en pobreza severa. En el ámbito sanitario, el 6% de los madrileños no pueden permitirse terapias psicológicas y el 13% tiene dificultades para costear medicamentos, reflejando significativas desigualdades. El informe resalta que las personas en situación de exclusión social a menudo enfrentan barreras sistémicas a pesar de sus esfuerzos por integrar la sociedad.
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