El programa de influencia global de China ha extendido su presencia a los cinco continentes, buscando sacar provecho de las fracturas en la política internacional provocadas por las nuevas medidas del gobierno de Trump. Este enfoque estratégico se propone desplazar el liderazgo de Estados Unidos en el escenario global, mediante la construcción de alianzas y la promoción de sus propios intereses económicos y políticos. La táctica china incluye inversiones en infraestructuras y acuerdos comerciales, consolidando su posición como un competidor clave frente a la hegemonía estadounidense.
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