La campaña ha provocado significativos cambios en el sector de defensa, llevando a la renuncia de un ministro de Defensa y más de una docena de generales. Además, ha impactado a altos ejecutivos de empresas armamentísticas, reflejando una posible reestructuración en la gestión y dirección de estos sectores críticos. Estos movimientos responden a presiones políticas y sociales que exigen mayor transparencia y responsabilidad en la industria de defensa.
Leer noticia completa en El Mundo.