En el circuito de Misano, la aparición del piloto mallorquín Augusto Fernández marcó un hito en MotoGP al probar la nueva Yamaha YZR-M1 V4, una innovación destinada a reemplazar el motor de cuatro cilindros en línea. Este cambio responde a la necesidad de adaptarse a futuras regulaciones que exigirán motores menos potentes y más compactos, dificultando el uso de la configuración anterior. Durante la práctica, aunque la moto de Fernández sufrió problemas, mostró un rendimiento prometedor, destacando la aceleración y maniobrabilidad del nuevo V4. En medio de una crisis para las fábricas japonesas y con la presión de pilotos como Fabio Quartararo, Yamaha busca revitalizar su competitividad con esta tecnología. La incertidumbre sobre su éxito se mantendrá hasta que los resultados en pista confirmen su efectividad, mientras pilotos y técnicos evalúan su potencial antes del Mundial de 2026.
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