Las autoridades australianas han acusado formalmente a un joven de 24 años de cometer 59 delitos de extrema gravedad, incluidos 15 cargos por asesinato, tras un ataque yihadista en una playa de Sídney. El incidente, perpetrado junto a su padre fallecido, involucró un acto terrorista durante un festival judío, resultando en múltiples muertes y lesiones graves. El acusado enfrenta cargos adicionales por disparar un arma de fuego y colocar explosivos con intención de causar daños significativos. Además, se le imputa promover símbolos del Estado Islámico, encontrados en su vehículo. Tras despertar de un coma, fue informado de los cargos por la Policía de Nueva Gales del Sur y comparecerá ante la justicia a través de una audiencia telemática. Se sostiene que sus acciones fueron deliberadas con la intención de promover una causa religiosa y generar miedo en la comunidad.
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