Un reciente estudio realizado por la Universidad de Cambridge revela que la exposición prolongada a la luz azul de los dispositivos electrónicos puede acelerar el envejecimiento de la piel. Los investigadores encontraron que la luz azul, emitida por pantallas de teléfonos móviles, tabletas y ordenadores, afecta negativamente la salud cutánea al generar estrés oxidativo y daño celular. Este fenómeno contribuye al envejecimiento prematuro, manifestado en arrugas y pérdida de elasticidad. Los expertos recomiendan el uso de protectores de pantalla y cremas antioxidantes como medidas preventivas para mitigar estos efectos adversos.
Leer noticia completa en El Mundo.